Me siento vieja, mis manos y mi mente hacen lo mismo, descansar.
La espera de cosas imposibles y un gentío exacerbado nos gritaba.
Cicatrices de mi madre, que aún no han curado, sensaciones diferentes en mi cuerpo y ansia de proyectos nuevos.
Todo lo que nos rodea se hace pequeño y va creciendo con el tiempo, todo se revuelve hasta mi cabello.
Nos degradamos y en decadencia nos vamos sintiendo hijos adheridos de la tierra estéril.
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