domingo, 31 de julio de 2011

Un pedazo de mi menos concreto

La sensación inesperada de no encajar en ningún sitio, que esa persona necesaria para ti cambie por completo.
Que tus manos no revienten por respeto, que mi boca oculte por satisfacción.
Que mis alas se corten solas y que crezca demasiado deprisa por exceso de libertad desmejorada.
Que mi único parentesco parecido me de la razón, por que la tengo.
Mis ganas de gritar no han parado y de cambiar tampoco, pero me encantaría que lo hiciera ella.
Si pudiera verse en realidad y volver a ser como antes.

jueves, 28 de julio de 2011

Sueño volátil


Me perdí entre el lodo y el asfalto, un camión me recogió en la carretera, fui musa de canciones de mediodía.
No quería averiguar el cómo, solo el qué. Me equivocaba y buscaba fragmentos de libros para recitarlos y estar en el auge, todavía no sé de que teoría.
Abandoné mis principios y llegué donde nadie quiere llegar, discutí con personas extravagantes de las cuales no recuerdo los nombres.
Vi películas en tres dimensiones para que los labios del protagonista fueran por una vez solamente míos.
Y desperté, desperté de mis sueños, de mis inconsciencias y volví a ser la de siempre, dormí en el agua clara y me puse morena entre granito barato.

lunes, 18 de julio de 2011

Nós


Porque a veces sin saber escribimos y nos creemos musas de nuestras palabras.
Sin razón, razonamos y con constancia caemos en un foso hostil de muchos verbos.
La adolescencia viene muy ligera de equipaje y con muchos prejuicios, viene cansada de tantos jóvenes incultos que se creen escritores, pintores o hijos que son baratija pobre de escaparate en rebajas.
Somos, en exceso, y la sociedad nos llama inútilmente, pues nunca acudimos a ella.
Muchos se quejan de nosotros, otros no perciben nuestra existencia y la mayoría son espejos antiguos que sueñan tiempos mejores.
Somos, por defecto demasiado melancólicos, demasiado infructuosos, demasiado decadentes con el tiempo.
Pero al fin y al cabo somos lo que somos sin remedio inexistente.

miércoles, 6 de julio de 2011

Que se llama sinceridad


Como decía Charlie Chaplin; Por simple sentido común no creo en Dios, en ninguno.
La igualdad que nos plantea la iglesia católica deja de ser viable cuando nos realzan la figura de un Dios "todopoderoso" al que debemos amar y encomendarnos.
Si en alguna situación de vida o muerte algo saliera mal y pronunciáramos el nombre de Dios en vano estaríamos cometiendo algo relativo a un pecado, pues el nombre de ese al que con gran honestidad llamamos "altísimo" se podría cabrear y utilizar sus grandes poderes de super-héroe (nombre que le he adjuntado por vivir en una galaxia desconocida hasta nuestro tiempo) y crearnos alguna clase de mal por hacer de vientre, literalmente, en su persona. ( Me cago en Dios)
Un día como otro cualquiera debemos sentirnos presos en nuestros propios errores para encomendarnos a él y santificar un día tan, tan , tan especial.
Los valores que me han dado mis padres desde que nací se acaban en algo extraño llamado cuarto mandamiento, en el cual el respeto a mis progenitores lo debo hacer porque un edificio con patriarcas reprimidos me obliga a hacerlo.
La justicia y la sociedad me implanta la ley de no matar, la iglesia como buena y digna me propone no hacerlo, o sino el sentimiento de culpa, que "el altísimo" me creará, acabará con mi persona.
Satisfacer el ansia sexual y sentir el miembro de un hombre penetrando lo puro ( en mi caso por que soy heterosexual) puede causar daños irreparables en mi físico como acné juvenil y puede trastornarme de por vida. (Si eres homosexual, el paso a la iglesia queda vetado)
                                                       
Que no se cansen mis ansias,
que el pobre sea pobre, en comida.
Que el niño sea puro y no se esconda bajo sotanas.
Que la iglesia me castigue por darle placer a mis ganas.

El mayor acto cometido por esta gran institución, robarle al pobre y hacer sentirme culpable.
Que unos labios resecos y malnutridos besen joyas puestas en manos que les dan de beber, por supuesto, agua de váter.
Es gracioso que no pueda levantar falsos testimonios ni mentir, si cada Domingo por la tarde ( no se exactamente a que hora) se escuchan sandeces en edificios llenos de personas que admiran a quién codicia dinero ajeno, miente y claramente no sabe hablar de lo que habla, no es que mienta, ni siquiera sabe.
Como de costumbre los llamados mandamientos se repiten por falta de corrección, ya nos ha quedado claro que los ciegos son ateos y a los que los granos, por llamarlo feamente, le abundan, burdamente son pajilleros.
Nosotros no podemos tener la osadía de desear lo que no nos pertenece, pero que irónico, que eso lo prediquen un gobernante y varios súbditos que manejan su propio estado.


                                                     

lunes, 4 de julio de 2011

Vida ordinaria


La prosa nunca ha sido mi fuerte, lo lírico demasiado complejo, lo común bastante ordinario, lo extravagante quizá inestable.
Podría hacer crítica política, la cual no entiendo o literaria de la cual no poseo suficiente información.
Ser un pájaro en tinieblas a tientas con mi rumbo.
Vertiginosa realidad que me suele dar cobijo y soñar entre nubes de algodón, frases muy destacadas de un cantante demasiado bohemio.
Y llega la hora de levantarnos y ver que el nuevo día es rutina repetida.
Y en las noches siempre se cruzarán dos ríos según Maldita Nerea y según Sabina la virgen de la Amargura le quitó la vida, somos en proporción un porcentaje comedido.
Quiero que me canten al oído.
Te miraré hasta el medio día siempre que puedas alimentarme, siempre que quieras consentirme, siempre que mis recursos para escribir no cesen.

viernes, 1 de julio de 2011

Abatimiento sostenido


Me siento vieja, mis manos y mi mente hacen lo mismo, descansar.
La espera de cosas imposibles y un gentío exacerbado nos gritaba.
Cicatrices de mi madre, que aún no han curado, sensaciones diferentes en mi cuerpo y ansia de proyectos nuevos.
Todo lo que nos rodea se hace pequeño y va creciendo con el tiempo, todo se revuelve hasta mi cabello.
Nos degradamos y en decadencia nos vamos sintiendo hijos adheridos de la tierra estéril.