sábado, 15 de diciembre de 2012

Esencia

Laboratorios con sabor a mezquitas, pirámides y basílicas.
Un viernes, madrugadas que ya cesaron, pero volverán.
La vida es, en su esencia, unos límites que podremos sobrepasar, un Madrid que queda lejos y el miedo a fracasar.
Culpabilidad de la mano de una vulnerabilidad demasiado simple, demasiado coherente para ser compleja.
Cursos de cámaras con objetivos que se encuentran en centros comerciales.
Lo Domingos ya no son días de miedo al lunes, todos los días son miedos mutuos; yo de ellos, ellos de mí.
Años que se hacen efímeros, como las horas de vida propia. Alguien sin criterios a quien consolar cuando sus carencias le hagan efecto, como estupefacientes baratos.
La calefacción escasa hace estragos en cuerpos que solo piden ser escuchados, a veces demás.
Seres putrefactos que van  por la vida como acrílicos de Velázquez.
Dietas de parques y horas dormidas.

martes, 3 de enero de 2012

A veces se tiene miedo, otras veces se asimila

Decían que lo bueno no era para siempre, ni el temor era persistente.
Cuando se marchó todos supieron que algo se apagaba, se apagó mi savia bruta, se difuminó la mirada triste y el ansia de muchos círculos casi cerrados, pendientes de cerrarse.
Que el aire nuevo, o el suelo, traiga distancia y efervescencia.
Que el humano compadece al pobre, pero no le ayuda.
Era difícil controlarse, porque junto a personas así no se puede.
Que le hecho de menos y a otros pocos que ya se fueron.
Me esperan tantas cosas, tantas derrotas, tantos cambios de humor, tanta mentira y tanta vida para aprovechar o desistir.