sábado, 15 de diciembre de 2012

Esencia

Laboratorios con sabor a mezquitas, pirámides y basílicas.
Un viernes, madrugadas que ya cesaron, pero volverán.
La vida es, en su esencia, unos límites que podremos sobrepasar, un Madrid que queda lejos y el miedo a fracasar.
Culpabilidad de la mano de una vulnerabilidad demasiado simple, demasiado coherente para ser compleja.
Cursos de cámaras con objetivos que se encuentran en centros comerciales.
Lo Domingos ya no son días de miedo al lunes, todos los días son miedos mutuos; yo de ellos, ellos de mí.
Años que se hacen efímeros, como las horas de vida propia. Alguien sin criterios a quien consolar cuando sus carencias le hagan efecto, como estupefacientes baratos.
La calefacción escasa hace estragos en cuerpos que solo piden ser escuchados, a veces demás.
Seres putrefactos que van  por la vida como acrílicos de Velázquez.
Dietas de parques y horas dormidas.