martes, 14 de junio de 2011

El poder de evolucionar




Quizá algunos puedan pensar que soy demasiado egocéntrica por poner siempre en mis textos mis fotos, pero es una forma de demostrar que me adoro y me odio, porque físicamente e interiormente tengo tantas virtudes como defectos.
Quisiera una bocanada de aire, un pueblo sin evolucionar y un dios en el cual creer.
Pido mil veces al día por la salud de mi creadora y por el empleo de mi figura paterna.
Idolatro a mi hermano, sangre de mi sangre, copia perfecta de gametos masculinos y femeninos.
Odio y aprecio a mis personas cercanas, me gusta herir a los que no son de mi especie (retrógrados hundidos en su mundo de reglas estúpidas)
Me río del torpe, de la primera, de mi misma.
Paso noches en vela soñando con cuentos de hadas que ya no son mágicas, de brujos a los que les fallan los trucos y pienso en la princesa del cuento que tiene que hacer las cuentas para llegar a fin de mes, y en un príncipe que no ama a su princesa solo la desea para sus deseos sexuales. A veces sueño con la bruja malvada, pero en mi sueño se llama sociedad.
Me entrometo en las leyes de Murphy y me gusta darles la vuelta, las hago y deshago a mi forma pero vuelven a su inicio.
Compremos el mundo que está en rebajas.

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