sábado, 30 de abril de 2011

Un pellizco de sociedad

Cuando la constancia supera a  la rutina diremos que no hemos fracasado.
Simplemente cuando las cosas vayan en decadencia observaremos que no hemos sido infelices.
Mientras el alcohol se nos meta por la vista y no por la boca, seguiremos siendo coherentes.
Las migas de pan se han hecho pequeñas, el fuego ha rebajado y el caldero sigue sofocante.
La amistad se convierte en pesadumbre cuando no se llega a un acuerdo, la hierba que se fuma en todos los parques sigue siendo rutina, y la gente parece que no lo entiende.
Los conocidos jamás podrán llegar a criticar, por que como conocidos que son no nos conocen.
Cuando comienzas en ciertos vicios nunca acabas, preocuparse por ello es una tontería y no preocuparse es ser una persona inteligente, arrogante adolescencia que nos ciega lentamente.
Los ojos del rechazo, ser femenino, ser diferente, tener otro color, en este momento somos carentes de importancia, porque no salimos en telediarios, porque no somos motivo de noticia, por que casi nadie nos tiene en cuenta, porque para la sociedad, aunque suena triste,  siempre seremos ese escalón roto de una escalera que solo asciende.
Podremos denunciar muchas injusticias, pero a día de hoy solo lo podemos hacer mediante seudónimos o de forma anónima, porque al tener ciertas características carecemos de voz, voto y prácticamente de pensamiento.
Nos enseñan unos valores, a ser hijos ejemplares, y siempre nos juzgan por equivocarnos, es nuestro mayor fallo, nos ponen carteles, nos miran de reojo, porque aunque todos lo neguemos no somos libres, nos cuestionan prácticamente todo y aguantamos, para no llamar la atención, nuestro alrededor es xenófobo, homófobo y antiliberal, pero por desgracia vemos lo que quieren que veamos, y como hipnotizados y sin ideales les hacemos caso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario