sábado, 11 de enero de 2014

Comunicación con mi escritorio

Noches de un sudor demasiado ficticio, de olor a nuevo.
De Lana del Rey entre apuntes de comunicación.
De agua de disgusto y lágrimas de nadie. De móviles que dejan de sonar y de conversaciones que nunca existieron.
Echar de menos y de más. De olor a flores recién cortadas y de fotografía en tarjetas de memoria.
Hoy es uno de esos días, en el que lo recto se tuerce, y el agua se convierte en cocacola.
En este instante alguien muere por ti, mientras tú, ingenuo, mueres por alguien que va de cama en cama.
Días de Madrid, entre flujos incontrolables de tráfico, entre montañas de cosas que hacer.
Y aún así, amigo, sigo pensando en ti.

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