lunes, 29 de noviembre de 2010

Tragedia alterada


Caparazones que cobijan mil ilusiones guardadas por miedo.
Confiar ciegamente en quién no sabe nombrarte.
Reclamarme mil ideas.
Viajar, uno de los pocos verbos que me gusta actualizar con frecuencia.
Vestirse de azul y contemplar que el mundo está lleno de acrílicos.
Arruinar unas horas, hechos cotidianos con bastantes repercusiones.
Escuchar mil canciones y acordarme de un yo invisible.
Vivir amarrada a esta frase: -Teatro, la vida es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro...-

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